Dōgo Onsen, el balneario más antiguo de Japón

Baño de hombres de Dōgo Onsen Honkan. Foto cedida por Dōgo Onsen

Dōgo Onsen (道後温泉), una de las fuentes termales más legendarias y admiradas de Japón, se encuentra situado en la ciudad de Matsuyama, en la prefectura de Ehime. Los famosos baños públicos fueron construidos en 1894 y, además de la importancia por la calidad de sus aguas, el edificio posee una imponente arquitectura. Tras casi seis años de renovación, el balneario reabrió por completo en julio de 2024 y es una experiencia que no te puedes perder en tu visita a Shikoku

La historia de Dōgo Onsen se remonta a unos 3000 años, como se recoge en la colección de poesía japonesa más antigua que se conserva, Man’yōshū. Dōgo Onsen también es el escenario principal de la famosa novela con tintes autobiográficos «Botchan» de Soseki Natsume y es el escenario en el que se basó la conocida obra de Hayao Miyazaki, “El viaje de Chihiro». El edificio principal de es una maravilla arquitectónica, compuesto por siete estructuras unidas, lo que explica sus pasillos y escaleras en lugares inusuales. Algunas partes interiores solían estar al aire libre, y se diseñó cuidadosamente para que ningún elemento estructural principal estuviera sobre las aguas termales, evitando así daños por la humedad. En 1946, un terremoto casi detuvo el manantial, pero se pudo restaurar y triplicar su caudal.

Fachada principal de Dōgo Onsen Honkan. Foto cedida por Dōgo Onsen

Las aguas termales alcalinas de Dōgo Onsen son famosas por su suavidad en la piel, ideales para tratamientos de belleza. Posee 18 manantiales a distintas temperaturas que se mezclan cuidadosamente hasta alcanzar unos 42 °C ofreciendo una experiencia de baño auténtica y natural, directamente desde la fuente.

El complejo está compuesto por tres edificios, cada uno con su propia historia y función. El más famoso es el Dōgo Onsen Honkan, edificio de tres pisos reconocido como Importante Bien Cultural de Japón y símbolo del onsen. A pocos pasos se encuentra el moderno Asuka-no-Yu, inaugurado en 2017, que fusiona diseño contemporáneo con elementos del periodo Asuka y ofrece baños termales, salas de descanso decoradas por artistas locales y un ambiente más íntimo. El Tsubaki-no-Yu es un onsen más sencillo y frecuentado por los residentes locales, ideal para quienes buscan una experiencia relajada sin multitudes. Nosotros es el que visitamos en el invierno del 2024, ya que en aquel momento el edificio de Honkan estaba con las obras de restauración y los baños no estaba accesibles.

Fachada principal del Dōgo Onsen Asuka-no-yu. Foto cedida por Dōgo Onsen

Los precios son bastantes asequibles, sobre todo teniendo en cuenta que será una experiencia única del viaje. El nivel 1 (700 JPY) permite acceso al baño Kami no Yu durante 60 minutos. El nivel 2 (1.300 JPY) añade una sala de tatami pública. El nivel 3 (2.000 JPY) incluye el baño Tama no Yu y otra sala de tatami. El nivel 4 (2.500 JPY) ofrece una sala privada de tatami por 90 minutos. También es posible contratar tours guiados por 500 JPY.

Junto al histórico edificio principal de Dōgo Onsen se encuentra el Sora-no-Sanpomichi,. Este paseo por el cielo, situado en la ladera sur del monte Kanmuriyama, ofrece una vista panorámica del onsen y de la ciudad. Entre sus instalaciones destacan un relajante baño de pies con agua termal directa, áreas de descanso con bancos y pérgolas, y un jardín que cambia con las estaciones: cerezos en primavera, hortensias en verano, arces en otoño y camelias en invierno. Además, alberga un monumento haiku dedicado a las flores y al onsen, compuesto por el poeta Shiki Masaoka.

Sora-no-sanpomichi. Foto cedida por Dōgo Onsen

Nuestra propuesta para disfrutar de este gran espacio de descanso y bienestar es combinarlo con una visita a Matsuyama para recorrer el Castillo, uno de los doce que se mantienen originales en todo Japón. Además, en esta región de Shikoku puedes degustar saludables especialidades culinarias como el taimeshi (arroz con besugo), los dulces Botchan dango. o cualquiera de su gran variedad de cítricos, como el mikan, el dekopon y el kanpei, que forman parte esencial de su identidad gastronómica.